Alcaraz, a segunda ronda de Nueva York con susto ante Li Tu
Con más contratiempos de los previstos, Carlos Alcaraz ha arrancado este martes su andadura en el Abierto de Estados Unidos venciendo al australiano Li Tu por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-1 en dos horas y 42 minutos.
La actuación del español y número 3 del mundo no ha sido la más brillante ante un Tu que es el 186 del ránking de la ATP, que llegó al cuadro principal a través de las rondas previas y que jamás había jugado antes en el ‘grande’ neoyorquino.
Pero después de dejarse el segundo set y de atascarse en un tramo muy espeso de su tenis, Alcaraz supo reaccionar para que el susto no se convirtiera en desastre.
El murciano se enfrentará en la siguiente ronda al neerlandés Botic van De Zandschulp (n.74), que derrotó al canadiense Denis Shapovalov (n.105) por 6-4, 7-5 y 6-4 en dos horas y 20 minutos.
Alcaraz se ha medido en dos ocasiones con Van De Zandschulp (el Abierto de Australia de 2021 y Basilea 2022) y en las dos cantó victoria.
En su vuelta a la Gran Manzana, donde logró en 2022 el primero de sus cuatro ‘grand slam’, Alcaraz afronta un reto mayúsculo: conquistar en un mismo año Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EE.UU., algo que en la ‘era open’ solo consiguieron Rod Laver (1969) y Nadal (2010).
Una reacción a tiempo
Tu apuntaba a ser un rival propicio para Alcaraz para coger ritmo y recuperar confianza, sobre todo tras dos intensos episodios recientes: la plata de París 2024, que le dejó tocado emocionalmente ante la oportunidad perdida de colgarse el oro; y la eliminación en primera ronda en Cincinnati que acabó con su raqueta destrozada con furia en el suelo.
Además, el sábado se torció el tobillo sin mayores consecuencias en un entrenamiento así que el duelo contra el australiano también debía servir para probarse físicamente.
Con todo ello, Alcaraz arrancó a tope de revoluciones.
Muy agresivo con su resto, apretó a Tu casi antes de salir del vestuario y firmó un ‘break’ en blanco para iniciar el partido. El vendaval siguió en el primer set y en menos de nueve minutos ya ganaba por 3-0 tras dos roturas a su favor.
Alcaraz destacaba en todas las facetas: movilidad sobre la pista, dominio desde el fondo, acierto subiendo a la red y un saque inabordable.
Tu, en cambio, se vio muy inferior, cedió la primera manga en 29 minutos y casi sin rechistar.
Con Garbiñe Muguruza entre los invitados estrella en las gradas, Tu se quitó los nervios en la segunda manga, empezó a golpear con más soltura y la velada cambió por completo.
Daba la impresión de que Alcaraz tenía todo encarrilado con un ‘break’ y 4-3, pero Tu devolvió la rotura y no hacía más que crecer y crecer mientras la Arthur Ashe cogía calor al comprobar que había partido.
Llegaron entonces los momentos de más dudas de Alcaraz: no le entraba ningún primer saque, se enredaba en múltiples dobles faltas y parecía entre desconcentrado y ausente.
Todo lo contrario que Tu, que parecía vivir un sueño. El australiano, casi de forma temeraria, se jugaba golpes al límite que de repente entraban y le acabó tocando el premio gordo: desperdició cuatro bolas de set al resto, pero a la quinta empató el encuentro con un revés a la línea.
Tocaba ponerse el casco y el mono de trabajo a Alcaraz, que tardó en recuperar sensaciones y recobrar el nivel del arranque ya que el tercer set empezó con un tono parecido.
Pero con un par de derechas formidables y un grito de rabia para celebrarlo, se colocó con 4-3 y ‘break’ a favor en la tercera manga, cerró el set a su favor y todas las piezas, por fin, empezaron a recolocarse.
A partir de ahí todo fue sobre ruedas. Alcaraz rescató la solidez y firmeza en su juego, Tu se vino abajo físicamente y el español, ya con todas las dudas atrás, se sacó el billete para la segunda ronda.
Las declaraciones de Alcaraz a pie de pista
«Me sorprendió un poco», reconoció sobre el nivel de Tu nada más terminar el encuentro.
«Fue obvio que él empezó el partido nervioso, pero después del primer set creció, empezó a disfrutar y empezó a jugar un gran tenis», elogió un Alcaraz que admitió haber cometido «errores» que no debía haber cometido y que dijo además que a partir de ahora seguirá de cerca los partidos y resultados del australiano.
Por otro lado, se mostró encantado de volver a Nueva York, donde siempre ha tenido una conexión muy especial con este ‘grande’ más entregado al show y el ambiente festivo que a los códigos más rigurosos y formales del tenis clásico.
«Es un honor pisar de nuevo esta pista, intentar hacer un buen tenis e intentar que la gente disfrute. Estoy muy feliz», aseguró.